¿Por qué me pasó esto a mí?

R: Te pasó a ti, me pasó a mí, y les pasa a muchos padres. Y todos nos hacemos la misma pregunta. Tal vez porque al principio creemos que somos los únicos, o que nuestro dolor es único. Todos sentimos que no nos merecemos que esto nos haya pasado. Y te pregunto, y quién sí? Ningún ser humano querría ver morir uno de sus hijos. Pero ocurre, y no podemos hacer nada para cambiarlo. Y es eso lo que más nos duele, lo que más perfora nuestra alma. Que no pudimos evitarlo y que no hay reversa. Mientras más tiempo dediquemos a hacernos esta pregunta, lo cual es parte del proceso de duelo, más nos iremos dando cuenta que las respuestas pueden bloquear el siguiente paso que es, si esto me pasó a mí, y no lo elegí, ahora qué voy a hacer? Con ello damos lugar a una etapa de elecciones donde sí podemos elegir: repararnos, transformarnos, reconstruirnos y aprender a ser mejores personas.
(Margarita, mamá de Andrés)

R: En mi caso personal no me he preguntado por qué me pasa algo, bueno o malo. Trato de no compararme con otras personas en todos los aspectos de la vida y actualmente siento que aún con la nostalgia por la ausencia física de mi hijo, su muerte, así como su vida, me hicieron conocer aspectos de mi misma que de otra forma no hubiera conocido.
(Martha, mamá de Guillermo)

R: Cuando se produce la muerte de mi hija, no entendía cómo una niña con todos sus proyectos y su vida apenas empezando, se marchaba, sin darme la “oportunidad” de evitarlo. Muchos interrogantes nos aparecen en ese momento pero ninguno nos da la respuesta que quisiéramos escuchar: Tú hija está viva. Después entenderemos que ese ¿Por qué? No tiene respuesta y nos enfocaremos en el ¿Para qué? Que sí nos ayuda a resolver muchas dudas.
(Luis Fernando, papá de Nathalíe)